El 16 de junio de 2007 un exalcade le decía a un alcalde en su toma de posesión que pasaría a la historia del concejo como el primer alcalde tránsfuga. Un año después, desde la comisión de seguimiento del pacto antitransfuguismo se declaraba tránsfuga a ese alcalde, como había vaticinado su predecesor. Fue el comienzo de la verdadera españolización de Cangas del Narcea y sus instituciones públicas. Hartos de ver y oír en los medios la palabra tránsfuga, llegaba la moda a tierras canguesas. Y tanto fue así que 4 años más tarde se repetía la historia pero con los papeles cambiados. El transfuguismo, con el que la gente se lleva tanto las manos a la cabeza y hace cruces en el agua, no deja de ser lo que muchos siempre han demandado para el político, es decir, que tenga libertad para ejercer su voto y no esté constantemente ceñido a lo que marcan instancias superiores del partido. El transfuguismo, entendido como la libertad de conciencia de la persona, siempre que se guíe por intereses generales, se podría considerar hasta una práctica constructiva. El verdadero problema radica en la utilización de esa libertad para la venganza individual.
Cuatro años en el poder es tiempo suficiente para indagar, investigar a fondo y sacar a flote las muchas, como gustaba decir, tropelías de un exalcalde. Durante cuatro años todo el concejo estaba pendiente del momento en que saldrían a la luz las pruebas claras de las múltiples ilegalidades que se le suponían. Quizás revisar tanto expediente era un trabajo excesivo, tal vez buscaron y no hallaron, tal vez hallaron y callaron…¿quién sabe? El caso es que tras cuatro años, los ciudadanos sabían tanto de todas esas tropelías como cuatro años atrás. Nada.
Pasar a la historia como el primer alcalde tránsfuga, como le recalcaron a modo de reproche aquel 16 de junio de 2007, esta semana simplemente se ha convertido en una simple anécdota. Y siguiendo con el curso intensivo de españolización del municipio, este martes se ha escrito otra de las páginas negras de Cangas del Narcea, donde aquel que fue el primer alcalde tránsfuga se ha convertido en el primer político municipal imputado por un supuesto caso de corrupción. Si hasta la fecha sabíamos que dos técnicos municipales habían sido imputados por presunto delito de malversación de caudales públicos y falsedad documental siendo él alcalde, se ha ampliado la causa con su imputación, en este caso, y de momento, por supuestas irregularidades en la contratación de una obra. En total, si esto llega a ser cierto, y ya lo comentaba la pasada semana, los cangueses, nos habrían birlado en torno a 650.000 euros. Sí, sí, algo así como 108 millones de aquellas pesetas tan majas. Lo que en cuatro años, querían haber buscado de su predecesor y sus tropelías, su sucesor en el cargo, y sobre todo un concejal de urbanismo, tránsfuga por no seguir las directrices marcadas por el partido al que representaba, ha divisado supuestas irregularidades y puesto el caso en manos de la fiscalía. Resultado: dos técnicos municipales, 6 empresas y 1 exalcalde imputados. Puede ser, a pesar incluso del PSOE que ha repudiado a sus díscolos, de que el segundo caso de transfuguismo cangués, responda más a esa variedad de interés colectivo y constructivo que al de inquina personal.