Hoy la televisión está infestada de programas de chismorreo e insulto barato. Basta con darle al botoncito “on” del mando a distancia y ¡chas! ahí están: periodistas, semiperiodistas, seudoperiodistas, poligoneras, vendedores de pisos pasados por el tamiz de un reality, matones, maltratadas…un sinfín de seres catódicos que con sus payasadas y miserias ocupan el mucho tiempo libre de quienes se apoltronan en sus sofás cada tarde de sus vidas.
Creo que no es necesario decir que sobreviven dentro del televisor alimentados por los ojos de quienes los observa desde el otro lado de la pantalla. Contra todo lo que se podría pensar, la venida de la crisis económica, lejos de poner en riesgo estos espacios, ha venido a afianzarlos, y lo ha hecho hasta tal punto que ya no es imprescindible tener noticia que comentar, chimorreo que elucubrar o pellejo que desollar. Basta con realizar un sorteo de regalos entre el equipo del programa y con ello ocupar las tres cuartas partes del tiempo: una noche en hotel para el regidor, una cena para dos personas para el productor, un tratamiento de spa para el técnico de sonido…y así hasta agotar existencias. Cada producto sorteado llevaba consigo una marca, que a su vez tenía asociada una empresa, y que con ello pagaba su espacio publicitario en este programa.
¿Y qué ocurría mientras tanto al otro lado del televisor? Pues sin pestañear y hasta con un ligero hilillo de baba desprendido de la comisura de los labios, los que alimentan a estos seres seguían con entusiasmo un sorteo con mas share que el de la Lotería de Navidad. Y es que la crisis económica ha conseguido en España que más de 5 millones de personas hayan sido liberadas de sus cargas productivas devolviéndoles para sí sus 24 horas diarias.
Hablaba hace unas semanas de los efectos de la crisis tanto en nuestra salud sexual, volviendo medio eunucos a los hombres, como en nuestra salud física, haciéndonos engordar a través de masivas cantidades de comida basura. Pues resulta que la basura también se extiende a otros ámbitos, y la televisión es uno de ellos.
Mientras que los informativos de la Televisión del Principado de Asturias menguan de tamaño, otros espacios televisivos anodinos se pueden permitir el lujo de malgastar en directo grandes cantidades de tiempo televisivo. Mientras que en los informativos de la tele autonómica asturiana, se lucha por mantener la dignidad, pese al gobierno, a los partidos políticos y a la usura de los empresarios, en otras televisiones se premia lo superfluo. Mientras en que en TPA se expulsan profesionales comprometidos, con la anuencia del gobierno, de los partidos políticos, del consejo de administración y de las empresas del sector; en otras cadenas televisivas continúan llenando sus platós de ladrones, chulos, seres sin escrúpulos y personajes que no tienen nada interesante que decir.
Más de 5 millones de personas nos vemos por enésima vez en la vida en la siempre inquietante situación de la actualización curricular. Pon aquí y quita de allí, no te pases y engorda lo justo tus niveles de conocimiento y pon una foto en la que se te vea expresión optimista. Redactando el mío me ha entrado una duda: en experiencia profesional ¿pongo corresponsal de televisión o hincho los datos de mi currículum con un sinvergüenza y ladrón?
Mejor déjalo en corresponsal de televisión, lo otro no me gusta.
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