miércoles, 4 de enero de 2012

El Impuesto Final o la Liberación de nuestras almas


Encomendémonos a Dios. El pasado 31 de diciembre han sonado las trompetas celestiales, la llamada al Juicio Final y la elección de los justos. No estamos pasando una simple crisis. El día de la nochevieja nos lo ha venido a decir. Es simplemente el fin, l´acabóuse. Caronte ya está aquí con su barca dispuesto a llevarnos al otro lado, junto a Dios Padre. En el más allá no necesitaremos dinero, ni trabajo ni nada material. ¡Despojémonos de cuanto tengamos! porque allí no nos servirá de nada. El viaje es largo y frío sobre las aguas de Estigia, lo que requiere de todos nosotros una adaptación previa para no sufrir más de lo necesario en la tortuosa travesía. Un año entero para alcanzar la otra orilla y unirse al Redentor. Un año entero de viajes le espera al viejo barquero, que por unas pocas monedas nos conducirá a la salvación eterna.
Sólo hace falta un último esfuerzo. Caronte como empresario que es cobra por sus servicios y cuantos más seamos mejor precio nos hará. Aunque realmente, el precio parece ser lo de menos pues allí nos prometen una vida libre de bienes e impuestos. Por eso qué mejor forma de liberar la carga de nuestros hombros que dejándolo todo en éste nuestro viejo mundo. ¿Qué importan las subidas del IRPF, IVA, IBI, productos, servicios? Cada uno que aporte lo que tenga, sin escatimar. El esfuerzo merecerá la pena. Hay que llenar la bolsa para dejar nuestras almas libres de deudas en este mundo e ir con las manos limpias y la conciencia tranquila al Otro Lado.
Y ¡qué importantes son los contactos para hacer un buen negocio! y como los buenos tratos se apuran las negociaciones hasta el último suspiro, hasta el instante inmediatamente anterior al sonido de la campana que indica el “no va más”. ¿Quién conoce mejor la Otra Orilla, la Tierra Prometida, que la santa Iglesia Católica?. Harán un último esfuerzo por nosotros; administrarán nuestro sudor para que Caronte lleve nuestras almas sanas y salvas al lado de Dios Padre. Tras duras negociaciones con el barquero, cruzar la laguna de Estigia sólo nos costará 13.266.216,12 euros al mes. ¡Una ganga!

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