viernes, 23 de noviembre de 2012

Respeto a la Cultura (sobre la obra de Fernando Alba y Pepe Gómez)

Por Koke González

Dos son las noticias que me han llamado la atención esta semana. Una muy buena, mejor dicho, excelente y otra, de momento, buena a la espera de acontecimientos futuros.  En ésta última tenemos como protagonista al Hotel Truita, construido en 1953 por José Gómez del Collado, cuya mente inquieta, al igual que habían hecho los creadores de catedrales en la Edad Media,  no sólo quiso quedarse en el cascarón pétreo sino que dejó a sus  vecinos y visitantes de la villa de Cangas del Narcea, una lección de arte impresa en su fachada. Cuando en Cangas pocos o nadie conocía a Jean Arp, sus obras y el dadaísmo, Pepe Gómez dejó plasmada en la fachada de un armónico edificio de piedra esta tríada a modo de lección. Ni tan siquiera un incendio pudo quemar este libro lítico, por eso esperemos que ahora que tiene nuevo propietario, que seguro acometerá obras en él, podamos seguir disfrutando de su lectura y contemplación. Sería excelente verificar dentro de un tiempo que el interés económico y el cultural se complementaron.

Como excelente es comprobar cómo el interés por la cultura y la sensibilidad por la obra artística de uno de los nombres con mayúscula de la escultura contemporánea, ha calado en la administración pública. Cangas del Narcea estaba en deuda con el artista Fernando Alba desde 1987, momento en el que se ubicó su mural bajo el puente colgante, justo en el arranque del puente nuevo que se había construido en ese mismo año. Digo en deuda porque desde ese instante el acoso y derribo hacia la obra fue constante, y con la administración local como artífice de semejantes aberraciones, ya por obra (como el haber pintado de negro una escultura en la que una de las características era su textura oxidada), o por omisión, cuando se dejó utilizar la superficie de la obra como tablón oficial de anuncios y publicidad. Se había pasado en menos de un suspiro de tener una escultura de acero cor-ten a una de acero car-tel. Ésta era la última noticia que tenía Fernando Alba sobre el ominoso destino de su hija canguesa, maltratada por un pueblo con la anuencia de sus dirigentes. Con la escultura luciendo nuevamente limpia se abre ante nosotros una nueva oportunidad para no volver a cometer los mismos errores y sabedores que Fernando Alba estará en Cangas en fechas próximas donde se le rendirá un homenaje, no estaría de más, que aparte de homenajearle como gran creador, se le pidiese disculpas. Ya saben, repitan conmigo: Lo siento mucho; ha sido un error; no volverá a pasar.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por lo que comentas de Pepe Gómez

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  2. Gracias a tí por leer el blog. La verdad es que ya se perdieron bastantes obras de Gómez en remodelaciones, y otras que se desvirtuaron con añadidos como cierres de fachadas. Espero que no se pierdan más.

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