viernes, 11 de mayo de 2012

La política asturiana o la del despecho


Por Koke González

Por fin hay fecha para la investidura del próximo presidente de gobierno de Asturias. El 22 de mayo. Presidente o presidenta porque a falta de apenas semana y media las formaciones políticas en liza continúan mareando la perdiz con posiciones, en muchos casos kafkianas, inverosímiles y surrealistas, o ponga el lector el adjetivo que crea oportuno, aunque cuanto menos, la situación está siendo de total irresponsabilidad. Analicémosla por un momento. Primero tenemos a la derecha, es decir FAC y PP. De sus reuniones hasta ahora nos han hecho llegar a los asturianos que programáticamente coinciden en todos los puntos, pero aún así, de cada reunión salen con la cantinela de que no han llegado a un acuerdo. ¿Sorprendente? A estas alturas de la película espero que no lo sea ya para nadie. Si coinciden en el programa que presentan ¿Dónde está el problema? Pues muy sencillo: en el despecho. Un despecho de unos hacia otros y de otros hacia unos, que está llevando, una vez analizado el programa y ver que coincide, a buscar nuevas piedras en las que encallar la situación, que no es otra que seguir encallando una relación personal que de antemano, y a nadie se le puede escapar, está rota. Una relación que hace caer la balanza hacia el sentimiento personal y el odio, de ahí que la piedra en la que tropiezan está siendo la elección del o de la que optará a la presidencia. No sé como lo verá el lector, pero decir en medio de una negociación que la candidata del Partido Popular se presentará a la elección es una posición que deja todo dicho.
Y por otro lado tenemos a la izquierda: PSOE  e Izquierda Unida, que más rápido que lento llegaron a un acuerdo. Supongo que era de esperar que ambas fuerzas se entendiesen puesto que ya lo habían hecho en otras ocasiones. El programa en este caso ha pesado en su justa medida, no obviando claro está la oportunidad de desalojar al actual presidente en funciones, que en estos momentos gobierna este gran solar en el que se ha empeñado en convertir a Asturias.
Ahora entra UPyD, que sin haberse reunido aún ni con PP ni con FAC, ayer ha inclinado su balanza hacia ellos. Sabíamos de ellos que con el único partido que estaba manteniendo reuniones era con el PSOE, al que no le profesa simpatía. Sin embargo, el buen ambiente de las reuniones transmitido a la opinión pública, que parecía presagiar un desenlace favorable a la izquierda, saltó por los aires en la tarde de ayer. Hubo pacto en Educación, pacto en Empleo, pacto en Sanidad, pacto en la transparencia política, pacto en la investigación del caso Marea, pacto en cada uno de los puntos que UPyD puso sobre la mesa…excepto uno: la modificación de la Ley Electoral para realizar una sola circunscripción. Es decir, en un momento que Asturias necesita acciones en el ahora temporal, UPyD rompe las negociaciones pensando en el futuro, su futuro, sabedores que la fuerza, de donde ha salido su único diputado, la tienen en el centro de la región y hacia allí quieren que se centralice el voto de las siguientes elecciones. Uno puede ser mal pensado, pero creo que como FAC y PP, sabían de antemano que no iban a llegar a un acuerdo y han puesto, como los primeros, piedras en el camino en las que encallar la negociación. Una piedra que es la modificación de la Ley Electoral. Una modificación que aún defendiéndola, por ejemplo, Izquierda Unida, en las negociaciones con el PSOE se ha sabido seleccionar del programa lo que es importante para este enfermo terminal que se llama Asturias. Hasta ahora en la región sólo éramos conscientes del despecho personal de la derecha, Cascos hacia el PP y el PP hacia Cascos,  pero con la entrada en el parlamento asturiano de UPyD, se comienza a materializar el otro gran despecho personal de la política española actual, vigente ya en el parlamento español y en varias regiones: el de Rosa Díez hacia el PSOE.

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