Por Koke González
Como dice la
famosa canción de Mecano “¡qué sorpresa me llevé!” cuando en uno de esos
momentos del día que poco o nada tienes que hacer tomé en mis manos un atlas.
¿Quién no lo ha hecho alguna vez como entretenimiento a ver lo que se
encuentra uno entre mapas? Yo al menos, tengo que confesarlo, sí. No soy experto
en geografía, ni experto ni aficionado, vamos, por eso lo de la sorpresa. Por
un instante creía que España en su
deriva teledirigida desde el abuso y mal uso de la legitimidad había llegado
hasta el Océano Pacífico. Un abuso que nos impone por ejemplo un mal llamado copago
sanitario, como si las medicinas las pagase una parte el bolsillo de los
gobernantes y otra el de los contribuyentes. Un abuso para engañar y que cuando
el hoy presidente del gobierno antes de la campaña, en precampaña y en la propia campaña, dijo que no IVA era porque ya
estaba de vuelta. Un mal uso para imponer porque sí un pago en las autovías
como si las hubiesen construido los ministros y secretarios de estado en sus
ratos libres haciendo bricolaje y utilizando el dinero que en su casa tienen
asignado para ocio y hobbies.
Siempre dije que en el suroccidente éramos cuanto
menos peculiares. Pues no se crean que aún lo podemos ser más porque si se
termina llevando a cabo, y se hará, el repago en las autovías (digo repago
también porque no olviden que parte de sus impuestos van a conservación de
carreteras); pues eso, que si acabamos repagando en las autovías, seremos aún
más peculiares porque repagaremos por circular por una autovía sin terminar. Y
eso no es todo, pagaremos por ascender conduciendo desde Salas hasta La Espina por una autovía que
no es autovía. 4 céntimos y medio por kilómetro, que en un tramo de 10 kilómetros supone,
pues casi un kilo de naranjas.
Pero un hecho que ya me ha dado a entender lo
que le importa al gobierno los ciudadanos y sus desgracias, está en el gran
sistema que barajan para cobrar el impuesto. ¿Se generarán puestos de trabajo?
¡Qué ingenuo eres, Koke! Colocar cabinas en todas las vías resulta poco menos
que inviable, nos dicen. Entonces sacan de la chistera unos artefactos que
llaman arcos inteligentes (que de lo malo supondrían que alguien en esta
legislatura cercano al gobierno tuviese inteligencia). Pero eso no es todo,
porque precisamente la falta de ésta, les lleva a barajar un suplemento en el
carburante para los circulantes de autovía, que como no explican nada, pues a
uno le vuela la imaginación y se ve parando en El Reguerón y diciendo: “échame
20 euros de gasoil para autovía y otros 20 de carretera nacional y autonómica
porque a la vuelta de Oviedo vendré por la N-634 y la AS-15.
¿Y pensabais que era ésta la última ocurrencia? Entonces sois tan ilusos como yo.
Un día bromeando dije a mis amigos que las tarjetas sanitarias pasarían a
dispensarse en el estanco y se llamarían “rasca y gana”. Me extraña que este
comentario haya llegado a oídos de Rajoy, pero si ha llegado veo que la ironía
el político del PP no la pilla, pues la última gran medida que barajan
es…¡tachán!: vender en los estancos pegatinas con el distintivo de circular por
autovía para poner en la luna del coche. Uno ya no sabe si reir o llorar, por
eso cierro los ojos y me imagino viviendo en ese rincón del Pacífico con clima
tropical llamado Pago Pago. Al menos ya sabría de antemano a qué acogerme.
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