viernes, 4 de mayo de 2012

Pago Pago, la España tropical


Por Koke González

Como dice la famosa canción de Mecano “¡qué sorpresa me llevé!” cuando en uno de esos momentos del día que poco o nada tienes que hacer tomé en mis manos un atlas. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez como entretenimiento a ver lo que se encuentra uno entre mapas? Yo al menos, tengo que confesarlo, sí. No soy experto en geografía, ni experto ni aficionado, vamos, por eso lo de la sorpresa. Por un instante creía que España  en su deriva teledirigida desde el abuso y mal uso de la legitimidad había llegado hasta el Océano Pacífico. Un abuso que nos impone por ejemplo un mal llamado copago sanitario, como si las medicinas las pagase una parte el bolsillo de los gobernantes y otra el de los contribuyentes. Un abuso para engañar y que cuando el hoy presidente del gobierno antes de la campaña, en precampaña y en la propia campaña,  dijo que no IVA era porque ya estaba de vuelta. Un mal uso para imponer porque sí un pago en las autovías como si las hubiesen construido los ministros y secretarios de estado en sus ratos libres haciendo bricolaje y utilizando el dinero que en su casa tienen asignado para ocio y hobbies. 
Siempre dije que en el suroccidente éramos cuanto menos peculiares. Pues no se crean que aún lo podemos ser más porque si se termina llevando a cabo, y se hará, el repago en las autovías (digo repago también porque no olviden que parte de sus impuestos van a conservación de carreteras); pues eso, que si acabamos repagando en las autovías, seremos aún más peculiares porque repagaremos por circular por una autovía sin terminar. Y eso no es todo, pagaremos por ascender conduciendo desde Salas hasta La Espina por una autovía que no es autovía. 4 céntimos y medio por kilómetro, que en un tramo de 10 kilómetros supone, pues casi un kilo de naranjas. 
Pero un hecho que ya me ha dado a entender lo que le importa al gobierno los ciudadanos y sus desgracias, está en el gran sistema que barajan para cobrar el impuesto. ¿Se generarán puestos de trabajo? ¡Qué ingenuo eres, Koke! Colocar cabinas en todas las vías resulta poco menos que inviable, nos dicen. Entonces sacan de la chistera unos artefactos que llaman arcos inteligentes (que de lo malo supondrían que alguien en esta legislatura cercano al gobierno tuviese inteligencia). Pero eso no es todo, porque precisamente la falta de ésta, les lleva a barajar un suplemento en el carburante para los circulantes de autovía, que como no explican nada, pues a uno le vuela la imaginación y se ve parando en El Reguerón y diciendo: “échame 20 euros de gasoil para autovía y otros 20 de carretera nacional y autonómica porque a la vuelta de Oviedo vendré por la N-634 y la AS-15. ¿Y pensabais que era ésta la última ocurrencia? Entonces sois tan ilusos como yo. 
Un día bromeando dije a mis amigos que las tarjetas sanitarias pasarían a dispensarse en el estanco y se llamarían “rasca y gana”. Me extraña que este comentario haya llegado a oídos de Rajoy, pero si ha llegado veo que la ironía el político del PP no la pilla, pues la última gran medida que barajan es…¡tachán!: vender en los estancos pegatinas con el distintivo de circular por autovía para poner en la luna del coche. Uno ya no sabe si reir o llorar, por eso cierro los ojos y me imagino viviendo en ese rincón del Pacífico con clima tropical llamado Pago Pago. Al menos ya sabría de antemano a qué acogerme.

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