¿Se han parado a pensar los poderes públicos municipales con qué cuenta el territorio que gestionan desde sus alcaldías y concejalías a la hora de preparar un proyecto de futuro? Creo que no; o al menos hasta el momento (diciembre de 2011).
Saber qué se tiene es primordial para conocer hasta dónde se puede llegar. ¿Se imaginan en Cangas del Narcea una industria armamentística, una planta siderúrgica o una fábrica de coches…? Yo no me lo imagino, y no porque sería una aberración, alguna incluso contaminante, sino porque en Cangas del Narcea no existe ni terreno ni infraestructura, ni materia prima para su implantación. Así de sencillo.
¿Qué tiene en el surocciente de Asturias? Hagamos una lista: Osos, urogallos, lobos, aves, un Parque Natural, una Reserva de la Biosfera, ríos, castaños, pinos, robles (vamos masa forestal y naturaleza), carbón, patrimonio artístico, natural e industrial, artesanía, vino, ganadería (tanto de carne como de leche, con Tineo como el mayor municipio de España en producción láctea y Cangas a la cabeza de Asturiana de los Valles), embutidos y quesos propios (con el chosco y el queso de Genestoso a la cabeza) y una estación de esquí (ya sé que es leonesa).
Oye, pues parece que el suroccidente si tiene cosas, sí; y seguramente que el lector pueda incluso añadir más recursos a la lista, pero para hacerse una idea servirá lo expuesto hasta ahora.
Ahora viene lo más difícil para los gestores de lo público: ¿Qué hacer con lo que se tiene? Tic, tac, tic, tac, tic, tac. ¡Caramba! ya ha pasado otra legislatura y seguimos igual…bueno, igual no. Tenemos pueblos de 5, 10, 30, 100 o 300 vecinos muy bien asfaltados, con vallas de madera torneada y bancos de diseño para que la gente, cada vez mayor, se siente a observar el apocalipsis del medio rural. ¿Y qué hay de lo nuestro?
Comencemos por el principio: los osos. Es la especie más emblemática de cuantas hay en el suroccidente de Asturias. El oso, antes casi extinguido, hoy se está recuperando de forma correcta, sin prisas pero sin pausa. En 2010 se batió el récord de hembras reproductoras con esbardos. Esto quiere decir que cada vez tendría que ser más fácil ver un oso en libertad dándose un paseo por el monte. ¿Qué contribución ha hecho la administración local en esta recuperación? Poco o nada. Firmar algún convenio de colaboración con fundaciones ecologistas y poco más. El interés sí lo han puesto organizaciones como la Fundación Oso Pardo, que ha sido capaz de acogerse a un proyecto europeo, el Life+, y con ello gestionar la compra de fincas (30 hectáreas en Cangas del Narcea) para plantar nada más y nada menos que 15.000 cerezos y 3.000 castaños para que estos animales tengan dónde ir a comer y amortiguar con ello los conflictos de ataques a las propiedades privadas. Unos ataques que no serían tan conflictivos si las administraciones hiciesen su trabajo con agilidad. Y otra pregunta que hay que hacerse es ¿Les interesa a los políticos los osos? ¿Por qué si la FOP es capaz de comprar tierras para darle un futuro al oso, no pueden hacer lo mismo las administraciones locales? ¿Y las autonómicas? ¿Y las nacionales? La respuesta es sencilla: los osos no votan. Hasta ahí llega su mirada. Lo ideal es que viesen que el suroccidente tiene osos, tiene lobos y tiene urogallos; tres especies lo suficientemente potentes como para generar por sí solas negocio (siempre sostenible) a su alrededor que dé una alternativa de futuro.
Esto mismo se podría aplicar al Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. ¿Qué hacer con él? La respuesta hasta el momento, y eso que lo han creado ellos, es…tic, tac, tic, tac. Nueva legislatura y el Parque Natural lo es porque está amojonado y ha burocratizado más si cabe las intervenciones dentro de él. Un Parque Natural debe dar opciones de futuro (sostenible) a la zona y no sólo centrarse en ofrecer una postal. Postal como la que ofrece Muniellos. Resulta que el suroccidente tiene uno de los grandes ejemplos europeos de robledal, y sólo 20 personas diarias pueden visitarlo. Más gente no significa mayor destrozo. Con un simple cobro de entrada daría para pagar guías que acompañasen a las excursiones y así llegar a tener un control real sobre la gente que pasea por el bosque, y de paso autofinanciarse el sueldo de los guías. ¡Anda! si hasta se crearía empleo.
Y qué decir de la agroganadería: el suroccidente cuenta con una huerta fantástica y un ganado excepcional, que produce derivados como el chosco y el queso de Genestoso único en su especie. La apuesta, la defensa y el apoyo de las administraciones públicas, tanto económico como ético (por eso de la secular marginación del campo) tendría que estar fuera de toda duda, y un matadero central en Oviedo, podrá responder a muchos criterios, pero la carestía de ética es lo que más salta a la vista. Lo mismo que la creación de IGP´s, que responden más al lavado de imagen (o de manos) de la administración pública que a un apoyo decidido por el sector.
Al vino lo quise dejar aparte porque aquí reparto culpas. La administración pública apenas se acuerda del Vino de Cangas en sus actos y publicidades; quizás algo más en la administración local pero hasta ahí. Y los productores, qué decir de los productores: por activa y por pasiva se ha dicho que los vinos blancos superan con creces la calidad de los tintos, y aún así sigue siendo marginal la producción de los primeros respecto a los segundos. Aducen que Cangas siempre fue tierra de vinos tintos. Ya. También se bebía en cachu y ahora no hay bar o vinoteca que no te lo sirva en copa. Algo no funciona si en tantos años como lleva la IGP del Vino de Cangas, sólo se ha aumentado en 1 las bodegas acogidas a esta indicación. Y teniendo en cuenta que varias de las que están desde sus inicios son empresas que han realizado su verdadero negocio vendiendo otra clase de producto y teniendo al Vino de Calidad de Cangas como un pequeño complemento, finalmente encontramos unas 4 bodegas apostando por el Vino de Cangas. ¿Cuántos puestos de trabajo ha generado el vino cangués? No lo sé, pero seguro que ha generado más manos dispuestas a atrapar las subvenciones que vienen.
Quedaría por hablar de artesanía, patrimonio artístico e industrial y esquí. Oh, querida cerámica negra de Llamas del Mouro. Morirás sin que nadie llore por ti. Como morirán palacios, iglesias y castros. El Monasterio de Corias y el Palacio de Omaña habían marcado el camino, que incluso la iniciativa privada ha sabido seguir, con el tinetense Palacio de Merás. ¿Y qué hay de Bárcena, Obona, San Pedro de Arbas, Peñalba, La Muriella, Tormaleo…son tantos y tan magníficos los ejemplos que darían para incluir en ellos hasta las industrias forestales y de transformación de la madera que habían sido prometidas hace años. ¿Qué ha sido lo que ha hecho la administración pública? Hacernos escoger: Parador o Madera. Y digo yo, ¿Por qué no las dos cosas? Lo dicho. Las administraciones locales no saben lo que tenemos.
Por cierto, ¿Saben en Cangas que la estación de esquí que se quiere hacer en Leitariegos está a la misma distancia en kilómetros que la leonesa? Leitariegos, según está ahora es el negocio perfecto, puesto que no genera ningún gasto a los asturianos. Beneficios… igual habría que preguntar a los hosteleros.
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